Fundamentos:
Se somete a consideración de este Honorable Cuerpo el proyecto de ley que tiene por
objeto establecer el día 22 de julio de cada año como "Día Provincial de las Tareas de
Cuidado y del Trabajo no Remunerado" en coincidencia con el "Día Internacional del
Trabajo Doméstico", establecido en 1983 durante el Segundo Encuentro Feminista
Latinoamericano y del Caribe con la finalidad de contribuir al reconocimiento del trabajo no remunerado, poniendo en valor el trabajo doméstico, las tareas de cuidado
y las acciones de apoyo para otros hogares, para la comunidad y voluntario, como así
también visibilizar la desigual distribución de estas tareas desde la perspectiva de
género, reconociendo el aporte sustancial de las mujeres en las mismas.
Cuando hablamos de trabajo no remunerado hacemos referencia a las
actividades productivas de los hogares para sus propios miembros y de apoyo para
otros hogares, para la comunidad y voluntario'' (1) , se trata por tanto de todas las
actividades orientadas al cuidado personal, el cuidado directo de otras personas, la
provisión de precondiciones para que esas tareas se efectúen (como por ejemplo la
compra de alimentos, de insumos de botiquín o de útiles escolares) y la gestión y
organización de dichas tareas (cocinar los alimentos para satisfacer la necesidad
básica de alimentación del grupo familiar, ayudar a la realización de actividades
escolares, etc.), administrando el tiempo de las mismas.
(1)www.lndec.gob.ar/ftp/cuadros/sociedad/enul_2021_resultados_deftnlllvos.pdf
En esta línea, las tareas de cuidado son todas las actividades que realizamos a
diario para asegurar nuestra subsistencia y la de los demás: cocinar, limpiar, ordenar,
hacer las compras o estar al cuidado de las niñeces, personas mayores o personas
con discapacidad que requieran apoyos de algún tipo. Son tareas relacionadas con la
reproducción, el bienestar y el sostenimiento de la via. (2)
(2) www.argenUna.gob.ar/sltes/defaull/liles/2022/05/slslema_lntegral_de_pollUcas_de_culdados_de_argentin...
La desigualdad de género ha sido históricamente un rasgo estructural en
América Latina y el Caribe. Asimismo, la pandemia producto del COVID-19, además
de profundizar esta estructura desigual, puso en evidencia la injusta organización
social del cuidado y la necesidad de avanzar hacia un cambio del estilo de desarrollo
que ponga en el centro los cuidados y la sostenibilidad de la via. (3)
(3) Camino a la XV Conferencia regional sobre la mujer de América Latina y el Caribe. "La sociedad del cuidado: horizonte para
uno recuperación sostenible con igualdad de género". Del 7 al 11 de noviembre de 2022 (CEPAL), pág. 12.
En la actualidad, a pesar de que la participación laboral remunerada de las
mujeres se ha incrementado, la responsabilidad del trabajo no remunerado recae
mayoritariamente sobre ellas. El tiempo que las mujeres destinan a estas actividades
redunda en jornadas de trabajo diarias más largas, en las que se suma el trabajo
remunerado y las tareas de cuidado no remuneradas e invisibilizadas, generando una
doble jornada laboral.
Con el establecimiento del "Dla Provincial de las Tareas de Cuidado y del
Trabajo no Remunerado" se busca poner en evidencia que las condiciones del trabajo
remunerado están estrechamente ligadas a cómo se resuelven las tareas no
remuneradas. Los datos presentados en la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo
2021 del Instituto Nacional de Estadistica y Censos (INDEC) reflejan esa fuerte
desigualdad respecto de la participación de las mujeres y los varones. Las diferencias observadas se mantienen a lo largo de la vida: en todos los grupos de edad, los
varones participan en mayor proporción y dedican más horas al trabajo en la
ocupación (aquellas actividades vinculadas al mercado laboral) que las mujeres, en
tanto éstas superan a los varones en el trabajo no remunerado. En el caso del trabajo
en la ocupación, el porcentaje de participación de las mujeres de entre 30 a 64 años
es del 49,0%, mientras que la de los varones llega al 71,7%. En lo que respecta al
trabajo no remunerado, el 95,7% de las mujeres realiza este tipo de tareas, mientras
que los varones lo hacen en un 77,7%.
Esta asimetría se refleja también en la variable relativa al tiempo destinado a
estas tareas: según el estudio mencionado, los varones dedican más tiempo al trabajo
en la ocupación (1:37 hora más), mientras que en el caso del trabajo no remunerado,
las mujeres dedican 3:26 horas más que los varones. De esta manera, cuando se
tiene en cuenta la cantidad de horas promedio destinadas al trabajo total por día, las
mujeres ocupan 10:54 horas y los varones 10:02 horas.
La distribución desigual del trabajo no remunerado contribuye a explicar que la
participación de las mujeres en el mercado laboral sea más baja que la de los varones.
También incide en que tengan trabajos más precarios, que implican a su vez una
mayor desprotección social; por ejemplo, no tener acceso a una obra social y, en un
futuro, tener una mayor dificultad para acceder a una jubilación por no tener aportes.
(Blog CEDLAS 2018).
En nuestro país, a través del Decreto 475 de 2021, se implementó el Programa
de Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado que, entre otros aspectos,
facilita el acceso a la jubilación a mujeres mayores de 60 años que no cuenten con los
30 años de aportes necesarios. A partir de la modificación del artículo 22 bis de la Ley
N" 24.241, las mujeres y/o personas gestantes pueden computar 1 año de servicio por
cada hijo/a, con el fin de acreditar el mínimo de servicios necesarios para el logro de la
Prestación Básica Universal. En caso de adopción de personas menores de edad, se
computan 2 años de servicios y en caso de hijo/a con discapacidad, se reconoce 1 año
de servicio adicional por cada uno/a.
Como hemos visto, las tareas de cuidado y el trabajo no remunerado que
cargan mayoritariamente las mujeres, condicionan sus posibilidades de desarrollo
personal, profesional y económico. En ese sentido, la desnaturalización de esta
estructura desigual constituye un aporte fundamental a la hora de promover los
derechos de las mujeres.
En virtud de lo expuesto y considerando que es necesario visibilizar y desnaturalizar las tareas domésticas y 'de cuidado que desarrollan las mujeres dentro
del hogar contribuyendo a reparar parte de las desigualdades estructurales que sufren,
es que solicito a mis pares acompañen la presente iniciativa con su voto afirmativo.